Que hacer con mi hijo de 9 anos?

¿Qué hacer con mi hijo de 9 años?

Ayude a su hijo a establecer sus propios objetivos. Anímelo a hablar de las habilidades y destrezas que le gustaría tener y de cómo adquirirlas. Establezca reglas claras y respételas. Hable con su hijo de lo que espera de él (de su comportamiento) cuando no esté bajo la supervisión de adultos.

¿Qué es el apego en la primera infancia?

El apego, que es el lazo afectivo entre el lactante y los padres, desempeña un rol fundamental en la regulación del estrés en momentos de angustia, ansiedad o enfermedad. Los seres humanos han nacido con la tendencia innata de apegarse a una persona protectora que lo cuida.

¿Qué hacer si mi hijo es muy apegado a mí?

Si su hijo es muy apegado a usted, eso significa que usted ha hecho un buen trabajo para hacer que se sienta seguro con usted. Cuando tiene miedo o se enfrenta a situaciones que le parecen impredecibles, su niño demasiado apegado básicamente le está diciendo: «¡Oye, necesito un poco más de apoyo!»

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¿Cómo saber si mi hijo ha hecho algo mal?

Tu hijo debe saber al instante cuando ha hecho algo mal. Puedes intentar “time-ins”: para de hacer lo que estés haciendo y pídele a tu hijo que se siente y permanezca en silencio. Abrázalo o tócalo de forma cariñosa, si tu hijo te lo permite.

¿Por qué los hijos piensan que sus papás son los mejores?

Cuando son pequeños, todos los hijos piensan que sus papás son los mejores en todo: los más guapos, los más buenos, los más fuertes. A nivel emocional dependen tanto de sus padres que su propia autoestima se basa en lo guapos, fuertes y felices que perciben a sus padres.

¿Por qué llevar a mi niña de 7 años a un psicólogo?

Estoy llevando a mi niña de 7 años a un psicólogo porque tiene muchos celos de su hermano pequeño. La verdad es que no veo que mejore mucho. ¿cómo podría vuestro método podría ayudarnos?

¿Por qué mi hijo se resfría tan seguido?

¿Por qué mi hijo se resfría tan seguido? ¿Por qué mi hijo se resfría tan seguido? No ha salido de uno y ya se ha metido en otro, y es que los niños parecen tener un imán para los resfriados. A veces resulta agotador porque van enlazando una dolencia con otra, y aunque a nosotros nos cansa, al final son ellos los que lo padecen.