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¿Cómo se origina la misofonía?
La misofonía o sensibilidad al ruido se manifiesta cuando sonidos a los que la mayoría de personas se han habituado y a los que no prestan demasiada atención porque no son significativos desencadenan una intensa reacción en las personas que padecen misofonía, como si se tratase realmente de algo amenazante o peligroso.
¿Cómo trabajar la misofonía?
Se trata de entrenar herramientas que pueda utilizar el en el momento que un sonido le irrita. Esto se puede lograr, por ejemplo, exponiéndole poco a poco a estos sonidos (terapia de exposición gradual) hasta que su cuerpo ya no reaccione ante ellos.
¿Cuáles son los trastornos que pueden confundirse con la misofonía?
Para no confundirnos hay que tener claro otros trastornos que pueden confundirse con la Misofonía: Fonofobia: Es una hipersensibilidad al sonido que tiene causa psicológica. En este caso, el problema es el miedo que producen ciertos sonidos de otras personas como de sí misma.
¿Cómo afecta la misofonía a la psicología?
Las personas que presentan Misofonía generalmente desencadenan graves problemas psicológicos. Debido a su comportamiento a veces agresivo ante los demás, pueden tomar la decisión de evitar todas aquellas situaciones que motivan su malestar, por lo que en la mayoría de los casos termina con un aislamiento social de la persona afectada.
¿Qué es la misofonía y cómo tratarla?
Realmente es una condición neurológica, pero en su tratamiento sí pueden ayudar terapias psicológicas para sobrellevar y mejorar el problema. ¿Pero en que consiste realmente la Misofonía? La Misofonía consiste en una disminución en la tolerancia a ciertos sonidos.
¿Cuáles son las señales más comunes de la misofonía?
Aunque todavía no existe un test capaz de diagnosticar la misofonía, algunas de las señales más comunes de las personas con esta condición surgen después de un sonido específico e incluyen: Agitación; Huir del sitio donde se encuentra el sonido;